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En esta página encontrarás un pequeño retrato de quién soy, cómo trabajo y qué me ha traído hasta aquí. No se trata solo de títulos o experiencia, sino de una forma de estar en el mundo y en la terapia: cercana, auténtica y respetuosa con cada historia.
Aquí te cuento mi recorrido personal y profesional, el enfoque que sigo en consulta y los valores que me acompañan cuando estoy frente a alguien que decide confiar en mí.
Mi nombre es iria portela
Nací y crecí en Venezuela. Desde muy joven sentí una gran curiosidad por conocer otras formas de vivir, otras culturas. Esa inquietud me llevó a pasar un año en la provincia canadiense de Quebec, una experiencia que se me quedó corta. Poco después decidí venir a estudiar a Santiago de Compostela, ciudad en la que me licencié en Psicología por la Universidad de Santiago de Compostela.
Al finalizar la carrera, en plena crisis del ladrillo, opté por continuar formándome y realicé el Máster en Neuropsicología Clínica en el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) de Madrid. Más adelante, comprendiendo la necesidad de contar con herramientas que me permitieran abordar de forma más completa la realidad de las personas que acuden a consulta, realicé la formación en Terapia Familiar Sistémica con el Proyecto de Formación Cambio, en Vigo.
Trabajo desde un enfoque de la terapia familiar sistémica, pero siempre estoy abierta a incorporar técnicas y herramientas de otras corrientes psicológicas con respaldo científico, cuando pueden beneficiar a la persona. Me gusta adaptarme a la singularidad de cada historia, a cada personalidad y a cada momento. Por eso también evito usar la palabra “paciente”: no considero que quien acude a terapia tenga necesariamente una enfermedad o un diagnóstico previo.
“Primero uno es persona y luego están sus problemas, dilemas y circunstancias”
experiencia profesional
Mi carrera profesional comenzó en el ámbito del daño cerebral adquirido, trabajando con personas adultas en centros de día y unidades de rehabilitación multidisciplinar, tanto en fases subagudas como crónicas. Durante tres años, también fui voluntaria en la Asociación de Párkinson de la provincia de Pontevedra, donde adquirí experiencia específica con este colectivo y viví momentos realmente enriquecedores.
De forma inesperada, comencé a trabajar con menores, y descubrí en ellos otro universo terapéutico que también me apasiona. Desde entonces, he seguido formándome para poder atender tanto a niños y niñas con trastornos del neurodesarrollo como a adolescentes con dificultades emocionales o conductuales.
Hoy en día, acompaño a personas en distintas etapas vitales y con diversas necesidades:
- Niños y niñas con alteraciones cognitivas, conductuales o emocionales. Familias que necesitan apoyo para comprender y acompañar mejor a sus hijos e hijas.
- Adultos que desean manejar situaciones difíciles, malestar emocional o patrones de pensamiento que generan sufrimiento.
- Personas con daño neurológico o trastornos cognitivos, así como a sus familiares y cuidadores.
Gracias a este recorrido, soy una firme defensora del trabajo en equipo. Creo profundamente en la coordinación entre profesionales como base para una atención integral, y acostumbro a supervisar casos con otros/as colegas para poder ofrecer el mejor acompañamiento posible.
una terapeuta vocacional
Como terapeuta soy muy parecida a como soy fuera de la consulta: sencilla, cercana, con un punto descarado y algo peculiar. No entiendo el acompañamiento terapéutico sin autenticidad. Me gusta construir un espacio real, sin disfraces ni excesiva solemnidad.
Desde pequeña me han apasionado los animales y la naturaleza. Con los años, ese interés se amplió hacia el comportamiento y la mente humana. Si a eso le sumamos la satisfacción que siento al acompañar a otros en sus procesos de vida… creo sinceramente que no podría haber elegido una profesión mejor.
mis terapias de psicología

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Conducta

Depresión

Demencia

TDAH

Autoestima
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No tienes que tener todo claro para empezar. Podemos ir construyendo juntas/os un camino desde la escucha, el respeto y la autenticidad. La terapia no es una receta única, sino un proceso compartido que se adapta a ti.



